9 amenities o comodidades que transforman la experiencia en un hotel

Cuando se trata de ofrecer una experiencia memorable a tus huéspedes, no siempre es necesario un gran presupuesto ni instalaciones de lujo. Los hoteles pequeños tienen una ventaja única: la flexibilidad para ofrecer servicios y detalles personalizados que hacen que los huéspedes se sientan como en casa. Las comodidades adicionales, o amenities, son una excelente manera de mejorar esa experiencia, y lo mejor es que no tienes que romper el banco para ofrecerlas.

En este artículo, exploramos cómo con pequeños toques de atención, que van desde una botella de agua fría al llegar hasta un simple gesto como un paraguas disponible en la entrada, puedes transformar una estadía común en algo realmente especial.

1. Agua y algo para picar al llegar

No hace falta montar una bandeja de bienvenida con vino y bombones. A veces, una botella de agua fría, un sobre de té, un paquetito de galletas o un puñado de frutos secos puede ser más que suficiente. El gesto de recibir algo al llegar (sin pedirlo, sin costo) ya cambia el tono de la estadía desde el primer momento.

No es tanto lo que se ofrece, sino la idea de que alguien pensó en el huésped antes de que llegara. Incluso una nota escrita a mano acompañando el snack puede tener más impacto que un check-in impecable pero impersonal.

2. Enchufes accesibles y espacio para cargar dispositivos

Muchos viajeros llegan con varios dispositivos: celular, tablet, portátil, reloj, todo junto. Y en muchos hoteles, el primer desafío es encontrar dónde cargarlos sin tener que correr una cama o desconectar la lámpara del velador.

No hace falta poner estaciones de carga ni comprar tecnología nueva. Basta con tener enchufes visibles, una regleta en el escritorio o, mejor aún, dejar a la vista un cargador múltiple universal que el huésped pueda usar sin tener que pedirlo. Es un detalle mínimo, pero habla de un hotel que entiende cómo viaja la gente hoy.

3. Una almohada extra disponible

Dormir bien en un lugar que no es el propio ya es un reto para muchos. Si a eso se suma una almohada incómoda o demasiado baja, el descanso se arruina. Por eso, dejar una almohada adicional en el armario o a un costado de la cama (sin que haya que pedirla) puede marcar una diferencia enorme.

No hace falta ofrecer un «menú de almohadas». Con solo anticiparse a una necesidad tan básica como el descanso, el hotel transmite cuidado. También puede aplicarse a las mantas: una extra, bien doblada, accesible, siempre suma puntos.

4. Amenities de baño con un toque local

No hace falta invertir en productos de marca de lujo, pero sí se puede optar por productos de baño artesanales o locales. Jabones, champús, cremas o aceites esenciales elaborados por productores locales pueden agregar un toque único y memorable a la experiencia del huésped. Además, estos detalles aportan un sentido de autenticidad y permiten que el huésped se lleve una pequeña muestra del destino.

Si no se tiene acceso a marcas locales, también se pueden buscar opciones de calidad a buen precio. Un buen gel de baño o una crema corporal con aromas naturales siempre mejora la percepción de los servicios básicos.

5. Una nota de bienvenida personalizada

No hay nada que transmita más calidez que una nota escrita a mano, aunque sea breve. En un mundo lleno de respuestas automatizadas y correos impersonales, una pequeña carta en la que se dé la bienvenida al huésped por su nombre y se le agradezca por elegir el hotel, puede hacer una gran diferencia. No hace falta que sea un texto largo ni elaborado, pero sí que sea genuino.

Este tipo de gesto crea una atmósfera más personal y cercana. Además, puede ser una excelente forma de comunicar aspectos importantes como horarios del desayuno, información sobre servicios especiales, o recomendaciones locales.

6. Zona de café o infusiones libre en recepción o pasillo

El simple gesto de tener un espacio donde los huéspedes puedan servirse café, té o agua con algo de sabor (limón, menta) por sí mismos es algo que se valora mucho, especialmente si es de acceso fácil. No requiere una gran inversión, pero la comodidad de poder relajarse en cualquier momento con una bebida reconfortante mejora significativamente la percepción del servicio.

Este tipo de detalles son perfectos para las llegadas tardías, cuando el huésped no quiere esperar para ir a un restaurante, o para las mañanas temprano, cuando se levantan antes del desayuno.

7. Información útil y accesible (pero no sobrecargada)

La información es clave para que los huéspedes se sientan cómodos y bien atendidos. Pero en lugar de dejar folletos de promoción o pilas de información impresa, ¿por qué no simplificarlo? Crear una hoja con lo esencial: recomendaciones locales, cómo llegar a ciertos puntos clave, horarios del hotel y de transporte, números de emergencia. ¡Que sea clara y al grano!

Puedes tenerla en el escritorio, o incluso dejarla en un formato digital que el huésped pueda consultar desde su móvil. Lo importante es que la información sea fácil de encontrar y no sobrecargue al huésped con detalles innecesarios. Esto da una sensación de organización y cuidado en los pequeños detalles que los huéspedes suelen valorar.

8. Cortesías prácticas como paraguas o toallitas húmedas

Este tipo de amenities no son de lujo, pero sí de mucha utilidad y conveniencia. Ofrecer un paraguas a los huéspedes cuando está lloviendo o unas toallitas húmedas en la recepción (especialmente para quienes se han olvidado las suyas) son pequeños gestos que se valoran enormemente. Y no, no son costosos de implementar.

Estos detalles de cortesía hablan de un hotel que piensa en las necesidades del huésped sin que ellos tengan que pedir. Son detalles prácticos que mejoran la comodidad y contribuyen a una experiencia más placentera y sin inconvenientes.

9. Métodos de pago flexibles y accesibles

Hoy en día, los huéspedes esperan tener varias opciones para pagar, y ofrecer más alternativas de pago puede ser un gesto simple que marca una gran diferencia. Aparte de las opciones tradicionales como tarjeta de crédito o débito, muchos viajeros prefieren poder pagar a través de plataformas móviles, billeteras electrónicas o incluso, en algunos casos, criptomonedas.

No es necesario implementar un sistema de pagos complicado ni costoso, pero ofrecer múltiples formas de pago asegura que tus huéspedes puedan elegir la opción que les resulte más cómoda y segura. Además, al facilitar este tipo de pagos, también agilizas el proceso de facturación, evitando posibles fricciones al momento del check-out.

Las pequeñas cosas son las que dejan una gran huella

No se trata de ofrecer todo lo que hacen los grandes hoteles de lujo, sino de saber identificar qué pequeños detalles pueden hacer que los huéspedes se sientan cómodos, bien cuidados y apreciados. En un hotel pequeño, no es necesario un gran presupuesto, sino una buena dosis de atención, creatividad y empatía.

Al final, lo que más se valora no son los grandes lujos, sino la sensación de estar en un lugar donde se piensa en el huésped en cada rincón, en cada gesto, en cada pequeño detalle. Estos amenities, que no requieren una gran inversión, pueden ser la clave para transformar una estadía común en una experiencia memorable.

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