Montar un hostal en España puede parecer una idea atractiva, sobre todo si tienes un inmueble disponible, ganas de emprender en el sector turístico y cierta afinidad con la hospitalidad. Y sí, puede ser un proyecto rentable y hasta gratificante… siempre que se haga con cabeza.
Porque no se trata solo de adaptar unas habitaciones, poner un cartel en la puerta y empezar a recibir reservas. Hay un marco legal que cumplir, trámites que a veces se enredan más de lo previsto y detalles técnicos que, si se pasan por alto, pueden salir caros después.
Este artículo no es una guía legal exhaustiva ni pretende reemplazar a un asesor técnico, pero sí busca ayudarte a entender el proceso de manera clara. Veremos qué se necesita para abrir un hostal, qué pasos debes tener en cuenta desde el inicio y qué errores conviene evitar si no quieres perder tiempo (ni dinero).
¿Qué es un hostal? (y en qué se diferencia de un hotel o una pensión)
Aunque muchas veces se usan como sinónimos, hostal, hotel y pensión no son lo mismo, al menos desde el punto de vista legal en España. Y conviene tenerlo claro desde el principio, porque cada tipo de alojamiento tiene su propia normativa, su nivel de exigencia y su perfil de cliente.
Un hostal es un establecimiento de alojamiento turístico que ofrece habitaciones privadas (a veces con baño compartido), con servicios básicos pero sin llegar al estándar de un hotel. Es más informal, suele tener menos habitaciones y está orientado a un público que busca algo funcional, accesible y sin demasiadas pretensiones.
Por otro lado, un hotel exige más: servicios completos, recepción 24 horas, instalaciones comunes, superficie mínima por habitación, número de baños por huésped, etc. La normativa varía, pero por lo general, un hotel debe cumplir con una serie de estándares más rigurosos, además de clasificarse por estrellas.
Y luego está la pensión, que a menudo se confunde con el hostal. La diferencia suele estar en el nivel de servicios: la pensión es aún más básica, con menos exigencias de infraestructura y, en algunos casos, sin baño privado en todas las habitaciones. En algunas comunidades autónomas ya ni siquiera se usa el término de forma oficial.
Lo importante es que, al decidir abrir un hostal, estás apostando por un punto medio: más accesible que un hotel, pero con una estructura más organizada que una simple pensión. Este enfoque te da cierto margen de flexibilidad, pero también implica cumplir con una serie de requisitos que vamos a revisar en detalle.
Requisitos legales para abrir un hostal en España
A estas alturas, ya sabemos que montar un hostal no es simplemente “alquilar habitaciones”. Hay un camino legal que debe seguirse, con trámites que varían un poco según la comunidad autónoma, pero que en lo esencial comparten una misma lógica.
La buena noticia es que los pasos son asumibles, especialmente si se hacen con orden y desde el inicio. A continuación, te explico los principales requisitos y gestiones que deberías tener en cuenta.
1. Compatibilidad urbanística del local o inmueble
Este paso suele pasarse por alto, y no debería. Antes de comprar, alquilar o invertir en reformas, hay que asegurarse de que el uso urbanístico del inmueble permite la actividad de alojamiento turístico.
No todos los edificios están habilitados para ello, y en algunas zonas—sobre todo en cascos históricos o zonas saturadas por el turismo—puede haber restricciones específicas.
Lo ideal es acercarte al ayuntamiento del municipio donde se encuentra el inmueble y solicitar un informe de compatibilidad urbanística. Este documento confirma si el uso como hostal es viable según el plan urbanístico vigente. Es una gestión simple, pero decisiva.
2. Proyecto técnico y licencia de actividad (o apertura)
Una vez confirmada la viabilidad urbanística, viene uno de los pasos más importantes: el proyecto técnico, que debe ser elaborado por un arquitecto o técnico competente.
Este proyecto incluye planos, memoria descriptiva, medidas de seguridad, accesibilidad, ventilación, instalaciones, distribución de espacios y cumplimiento de normativas aplicables. Con él, se solicita la licencia de actividad en el ayuntamiento, que es la que autoriza formalmente a ejercer la actividad como hostal.
Dependiendo del municipio, puede llamarse también “licencia de apertura”, pero en esencia cumple la misma función: garantizar que el espacio cumple con los requisitos para alojar personas, de forma segura y legal.
3. Licencia de obras (si se hacen reformas)
No todos los inmuebles están listos para funcionar como hostal desde el primer día. Y si vas a hacer reformas —aunque sean menores— es muy probable que necesites una licencia de obras.
Este permiso también se tramita en el ayuntamiento y puede ser de obra menor o mayor, dependiendo del alcance de los trabajos. Cambios estructurales, nuevas instalaciones eléctricas, fontanería o modificaciones en la fachada, por ejemplo, suelen requerir licencias más completas.
Aquí conviene no improvisar. Si haces obras sin licencia y alguien denuncia, el ayuntamiento puede paralizar los trabajos e incluso aplicar sanciones. Además, ten en cuenta que si el edificio es antiguo o está catalogado, las exigencias pueden ser mayores.
4. Inscripción en el Registro de Empresas y Actividades Turísticas
Una vez que el espacio cumple con la normativa y tienes la autorización municipal, es momento de inscribir tu hostal en el registro turístico de tu comunidad autónoma.
Este paso es fundamental. Sin este registro, no puedes operar legalmente como alojamiento turístico ni aparecer en plataformas como Booking, Airbnb o Expedia. Además, estar registrado te otorga un número identificativo que debes incluir en toda comunicación comercial.
Cada comunidad tiene su propio procedimiento y requisitos, pero suelen pedir:
- La licencia de actividad aprobada.
- Una declaración responsable de que cumples con la normativa.
- Una memoria descriptiva del establecimiento.
Este trámite se hace ante el organismo de turismo de la comunidad autónoma (como la Junta de Andalucía, la Generalitat de Catalunya, la Comunidad de Madrid, etc.), y una vez aprobado, ya puedes anunciarte oficialmente como hostal.
5. Normativas de seguridad, higiene y accesibilidad
Este es uno de esos puntos que a veces se subestima… hasta que llega la inspección. Aunque los hostales no tienen los mismos niveles de exigencia que los hoteles, sí deben cumplir una serie de condiciones mínimas de seguridad, salubridad y accesibilidad.
Lo que se exige puede variar ligeramente según la comunidad autónoma, pero en general incluye:
- Extintores y señalización de emergencia, ubicados y visibles en zonas comunes.
- Detectores de humo y, en algunos casos, sistemas de alarma.
- Iluminación de emergencia en pasillos y escaleras.
- Ventilación adecuada en habitaciones y zonas comunes.
- Baños con buenas condiciones higiénicas, especialmente si son compartidos.
- Accesibilidad básica para personas con movilidad reducida, al menos en las zonas comunes.
En algunos casos, será necesario contar con un informe técnico que certifique que el hostal cumple con estas condiciones antes de abrir. Lo más recomendable es tenerlo todo resuelto antes de iniciar el proceso de inscripción turística, para no tener que hacer correcciones a última hora.
6. Alta en Hacienda y Seguridad Social
Como cualquier otra actividad económica, abrir un hostal implica darse de alta legalmente como negocio. Aquí puedes optar por hacerlo como persona física (autónomo) o a través de una sociedad (S.L., por ejemplo), dependiendo del tipo de proyecto que tengas en mente.
Los pasos básicos son:
- Alta en el censo de empresarios de Hacienda, eligiendo el epígrafe correspondiente del IAE (Impuesto de Actividades Económicas).
- Alta en la Seguridad Social, ya sea como autónomo o como administrador de una sociedad.
- Si contratas personal, deberás inscribirte también como empresa y cumplir con todas las obligaciones laborales.
No es complicado, pero sí conviene contar con un asesor fiscal desde el principio, porque una mala elección de forma jurídica o un descuido en los primeros pasos puede salir caro a medio plazo.
7. Comunicación de datos de viajeros a la policía (Real Decreto 933/2021)
Este punto es especialmente importante y, desde hace poco, más estricto que nunca. Todos los alojamientos turísticos en España —hostales incluidos— están obligados a registrar los datos de sus huéspedes y remitirlos a las fuerzas de seguridad.
Hasta hace unos años bastaba con una copia del DNI y un formulario impreso. Pero desde la entrada en vigor del Real Decreto 933/2021, se exige un control más detallado:
- Recogida de hasta 40+ datos por reserva (según el perfil del huésped).
- Envío digital a través de plataformas oficiales (como la de Hospederías de la Policía o la Guardia Civil).
- Conservación de ciertos datos durante plazos específicos.
La buena noticia es que existen soluciones digitales para facilitar esta gestión. Muchos sistemas de reservas (PMS) o apps especializadas permiten automatizar este proceso y cumplir con la normativa sin complicaciones.
No hacerlo o hacerlo mal puede conllevar sanciones, así que, aunque no sea la parte más emocionante del negocio, es una de las más delicadas.
Consejos prácticos para facilitar el proceso (y no perder tiempo ni dinero)
Aunque cada comunidad autónoma tiene sus propios matices, y cada proyecto tiene lo suyo, hay ciertos errores que se repiten con frecuencia cuando alguien decide abrir un hostal sin haber gestionado antes algo parecido. No son errores graves, pero sí suficientes para ralentizar el proceso, encarecer la inversión o, peor aún, tener que volver varios pasos atrás.
Aquí van algunos consejos que conviene tener en cuenta antes de lanzarse:
No empieces a reformar sin tener claro si el uso es compatible
Esto ya lo mencionamos, pero vale la pena repetirlo. A veces uno se enamora del local, hace números, imagina la decoración… y luego el ayuntamiento dice que esa zona no permite alojamientos turísticos o que hay una moratoria vigente. Y ahí es cuando los planes se estancan.
Antes de firmar cualquier contrato o iniciar reformas, acércate al ayuntamiento y pide un informe urbanístico. Te ahorrará más de un dolor de cabeza.
Busca asesoramiento técnico desde el primer momento
Puedes hacerlo todo por tu cuenta, sí. Pero en la práctica, contar con un arquitecto o gestor especializado desde el inicio te puede ahorrar meses de correcciones, cambios de planos, documentación mal presentada o normativas mal interpretadas.
No es solo por cumplir los requisitos. Es también por agilidad, orden y evitar que un trámite sencillo se convierta en un vía crucis.
No asumas que «como antes ya funcionaba como hostal», todo sigue en regla
Este es un clásico. A veces el local ya fue un alojamiento turístico en el pasado, y uno cree que solo es cuestión de reabrir. Pero puede que la licencia haya caducado, que las condiciones de accesibilidad hayan cambiado, o que las instalaciones eléctricas ya no cumplan con la normativa actual.
Cada reapertura es, en muchos aspectos, como empezar de cero, especialmente si ha pasado tiempo desde la última actividad registrada. Mejor revisarlo todo como si fuera nuevo, y no dar nada por hecho.
Calcula un presupuesto realista (y deja margen para lo inesperado)
Es fácil subestimar los costes de apertura. Se piensa en el mobiliario, en la pintura, en la web… pero no siempre se consideran las tasas administrativas, los certificados, el sistema de gestión, el software para hospederías, los extintores, el seguro de responsabilidad civil, entre otros.
Siempre hay algo que no se había tenido en cuenta. Por eso, más que hacer un presupuesto ajustado al euro, lo recomendable es dejar un margen de al menos un 10-15% para cubrir imprevistos sin estrés.
Infórmate bien sobre la normativa específica de tu comunidad autónoma
Las comunidades tienen competencias propias en turismo, así que lo que es obligatorio en Andalucía puede no serlo en Galicia, o viceversa. Y muchas veces las guías generales no reflejan estos matices.
Antes de avanzar, consulta en el portal de turismo de tu comunidad, pide orientación directa si es necesario y asegúrate de que los pasos que estás siguiendo realmente aplican en tu caso.
El objetivo no es volverse un experto en trámites, sino tener suficiente información para no quedar a mitad de camino por algo que se pudo prever. Con planificación y un poco de ayuda profesional, abrir un hostal es perfectamente viable. Pero como en casi todo, la clave está en hacerlo bien desde el principio.
¿Cuánto tarda abrir un hostal? (Y cuánto cuesta realmente)
Una de las preguntas más frecuentes antes de lanzarse a este tipo de proyecto es:
“¿Cuánto tiempo me va a llevar?” Y, por supuesto: “¿Cuánto dinero necesito para empezar?”
No hay una única respuesta, pero sí algunas estimaciones realistas para que puedas hacerte una idea clara del camino que tienes por delante.
Plazos aproximados
En un escenario donde todo fluye (algo optimista, pero posible), abrir un hostal puede llevar entre 4 y 6 meses. Esto incluye desde la preparación del proyecto técnico hasta la obtención de las licencias, la adecuación del espacio y la inscripción en el registro turístico.
Ahora bien, si hay que hacer reformas importantes, si el inmueble presenta dificultades, o si los plazos administrativos se alargan —algo bastante habitual—, el proceso puede extenderse fácilmente a 8 o incluso 12 meses.
Por eso conviene armarse de paciencia y no comprometer fechas de apertura demasiado pronto.
Costes más habituales
El presupuesto total depende muchísimo del estado del inmueble, la zona, el número de habitaciones y el nivel de servicios que quieras ofrecer. Pero para que tengas una idea, estos son algunos de los gastos más comunes que debes considerar:
- Proyecto técnico (planos, memorias, gestión de licencias): 1.000 € a 4.000 € aprox.
- Tasas municipales (actividad, obras, publicidad exterior): según municipio, desde 300 € a 2.000 €.
- Reformas y adecuación del espacio: desde 500 €/m² si es reforma completa.
- Equipamiento y mobiliario: camas, lencería, electrodomésticos, cerraduras, etc.
- Software de gestión y herramientas digitales: PMS, sistema de reservas, registro de viajeros.
- Gastos legales y contables: asesoría, alta de actividad, seguros obligatorios.
- Margen para imprevistos: siempre. Nunca sobra.
Abrir un hostal no tiene por qué ser inalcanzable, pero tampoco es algo que se deba improvisar. Mejor sobreestimar un poco el presupuesto que tener que parar la obra a mitad por falta de liquidez.
Abrir un hostal es viable, pero solo si se hace bien desde el inicio
Emprender en el mundo del alojamiento turístico tiene algo de vocación y algo de estrategia. Hay que tener ganas, pero también método. Y si bien abrir un hostal en España es completamente viable —y en muchos casos, rentable—, intentar hacerlo rápido, barato o sin orden es la receta más común para que algo se tuerza.
La normativa está ahí, no como un obstáculo, sino como una forma de garantizar que el negocio funcione de forma segura y profesional. Cumplir los pasos, contar con ayuda técnica y tener una idea clara del modelo de hostal que quieres ofrecer es más importante que empezar cuanto antes.
Porque una apertura bien hecha no solo evita sanciones o imprevistos: también te da la base para construir un negocio sólido, coherente y con buena reputación desde el primer huésped.